“La única emergencia nacional que ocurre en nuestra frontera sur es la violación de los derechos humanos por parte de nuestro propio gobierno, contra personas que simplemente buscan asilo, refugio y oportunidades, muchas de las cuales son LGBTQ. Este muro fronterizo nunca ha sido más que una estratagema cínica y peligrosa por parte del presidente Trump para despertar sentimientos racistas y antiinmigrantes con el fin de ganar puntos políticos. Que ahora esté dispuesto a dar este paso extremo, constitucionalmente dudoso, de tomar dinero de los contribuyentes sin la autorización del Congreso y desviar los recursos de nuestro ejército hacia un problema inventado debería ser motivo de gran preocupación para todos nosotros”.