Hace unos momentos, la mayoría del Senado impulsó la confirmación de la tercera candidata del presidente Trump a la Corte Suprema, la jueza Amy Coney Barrett.

Este proceso de confirmación se llevó a cabo apresuradamente en oposición a todas las prácticas estándar para un nombramiento vitalicio tan crítico.

Se aprobó apresuradamente a pesar de que los estadounidenses de todo el país ya están votando en una elección fundamental que decidirá el próximo presidente y el liderazgo del Senado.

Y se aprobó apresuradamente a pesar de que todavía estamos esperando un proyecto de ley para brindar un alivio real a nuestras comunidades que sufren por el COVID-19.

Esta vergonzosa toma de poder político arroja una sombra sobre la credibilidad tanto del poder judicial como del Senado, dos instituciones a las que se debe confiar la defensa de los derechos civiles de todos los estadounidenses.

Ahora que la jueza Barrett reemplaza a la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg, la composición de nuestra Corte Suprema se ha alejado un paso más del entendimiento fundamental de que nuestra Constitución está ahí para proteger los derechos de todos.

Y la Corte decidirá cuestiones que nos afectan a todos, en este mandato y en el futuro. El próximo caso de alto riesgo sobre derechos LGBTQ, Fulton contra la ciudad de Filadelfia, se discutirá en poco más de una semana. El Tribunal escuchará argumentos sobre la Ley de Atención Médica Asequible poco después. Es probable que pronto también veamos temas que van desde el derecho al voto hasta la libertad reproductiva, los derechos de los inmigrantes y más ante la Corte.

Pero no retrocederemos.

Ahora tenemos dos décadas de precedentes de la Corte Suprema que afirman que las personas LGBTQ son parte de “Nosotros, el pueblo”.

GLAD nunca dejará de luchar en los tribunales para defender el progreso de nuestra comunidad y desafiar cualquier intento de relegar a las personas LGBTQ a un estatus de segunda clase.

Y nuestro trabajo colectivo por la justicia continuará.

Ahora, más que nunca, cada uno de nosotros tiene la oportunidad –y la responsabilidad– de tomar medidas y asegurarnos de seguir acercándonos a la nación equitativa que aspiramos a ser.

Votar. Manténgase comprometido. Apoye a las organizaciones que realizan el trabajo que le importa.

Y recuerde: ya hemos enfrentado peleas difíciles antes y hemos ganado.

Ganamos porque tenemos razón y porque cuando trabajamos juntos somos imparables.

Juntos seguiremos luchando y seguiremos avanzando en la causa de la igualdad de justicia ante la ley para todos.